Nos levantamos y negociamos un taxi que nos llevó algo tarde al punto de encuentro de Wadi RUM, yo había contratado el transporte y las haimas por internet y veía que llegábamos tarde y que el grupo estaría esperando, por fin llegamos 45 minutos tarde y nos encontramos a un beduino de blanco con el pañuelo rojo en la cabeza que nos estaba esperando, nos montamos en su land rover con el salpicadero de pieles de cabra y nos levó a su casa para tomar el té y negociar la ruta. Allí estuvimos con su mujer, hermana sobrinos,tomando té entre cojines.
A la hora otro beduino nos montó en el 4+4 del desierto y nos lo pasamos genial en el remolque, los tres solos. Nos paraba en los pntos clave: Desfiladero, Petrogrifos, Dunas,casa de Laurencw de Arabia,......y empezabamos a subir como cabras y empezó a sentirse muy contento con sus turistas,
así que cuando nos llevó al arco de piedra que dicen que tiene dificultad para subir, se quedó con otros guías supersatisfecho de vernos, subir, bajar,saltar ..... Cuando paramos en un abrigo con petrogrifos para comer y tomar el té, con el fuego hecho con los rastrojos del desierto, me interrogó y otra vez de viuda, esta vez la edad le
Llegamos a las haimas, justo en un arco de piedra y en el lugar donde cae el último rayo de sol. que por supuesto subimos para verlo. Estaba un canadiense y una alemana con nosotros y casi de noche aparecieron Ismael y Gustavo, que venian de Israel , el poder hablar castellano me alegró muchísimo y nos reimos toda la cena que nos hicieron nuestros beduinos, el mejor pollo asado que he comido, cocinado dentro de la arena del desierto, estuvimos de cháchra con los beduinos mientras el hijo de nuestro guia se pasó jugando con mi hijo Yago a los tazos toda la noche. Pasamos una velada inolvidable. Dormimos en la haima después de despedir el cielo plagado de estrellas y con luna que reflejaba en la rocas, hasta el dia siguiente que en cuanto amaneció nos levantamos para seguia contemplando la belleza del desierto mientras nos preparaban el desayuno.
Después el hijo de 12 años condujo el 4*4 hasta el poblado , donde nos despedimos de nuestros compañeros y terminamos montados en camellos con un camellero que no teni desperdicio y que los camellos no le hacian mucho caso, dimos una vuelta por el desierto y volvimos a la casa del beduino, que nos había dicho que nos llevaba a Áqaba nuestro siguiente destino.

No hay comentarios:
Publicar un comentario