Después de todo el trayecto en avión desde Barcelona a Madrid, Madrid DF con espera de 5 horas y un frio que te pelas, !como íbamos al Caribe!, con iberia en primer lugar y aerolíneas mexicanas en segundo ,llegamos agotados a Cancún, mis tres hijos de 10, 13 y 25 años y yo con unos cuantos más.
Lo típico: negociamos un taxi, preguntando previamente por el transporte urbano y negociando nos dejaron por el mismo precio el transporte en taxi desde el aeropuerto al embarcadero para coger el ferry a Isla Mujeres.
EL PARAISO
Dejando atrás el megaCANCÚN llegamos al paraiso o Isla Mujeres, nos ayudó con las maletas ,un isleño, con un carrito, que según íbamos paseando hacia el hotel nos contaba la evolución de la isla, la educación de los niños, su famlia--- fué el mejor recibimiento que pudimos tener.
Vimos las primeras iguanas que nos acompañarian todo el viaje y que cautivarian a mi hija.
Llegamos a las Cabañas Maria del Mar, perfectas en cuanto a localización, sobre todo por la palapa de la playa, lo mejor de todo méxico, lo peor la desconfianza de la dueña y alguna cucaracha que se perdonaba con la vegetación del hotel.
LOS NIÑOS DESCUBRIENDO EL PARAISO
AL día siguiente alquilamos un carrito de golf y entre risas recorrimos toda la isla varias veces .No se debe perder la visita a la diosa ITchel, las esculturas y sobre todo el baño en la zona de atrás donde se acaban las escaleras, fué inolvidable, aunque estábamos solos bañándonos "no pasa nada", era la típica imagen de tiburón comiendose a la turista, pero "no pasa nada", me metí en el agua y como no me comieron a continuación lo hicieron mis hijos.
Aunque sí nos bañamos por la tarde, con el tiburón gato, pero con su cuidador .
Seguimos dando vueltas, bañándonos en todos los rincones, callejeando y despidiéndonos de la isla y su diosa
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