Viajamos mi amiga Eva, su marido José Mª y sus dos hijos, Cilia e Iñigo de la misma edad(8 y 12 años) que mis dos hijos y yo,
Salimos con mi hija, pobrecita con una gastroenteritis bestial que devolvía todo pero no se quejó y se portó como una jabata. Superamos el transbordo de la línea 1 de metro desde Atocha a Barajas con las maletas, también superamos la ginkana de descubrir dónde se encuentra la T4 satélite y por fin embarcamos hacia Casablanca.

La llegada fué impresionante, los crios y jose Mª nunca habian estado , era de noche y estaban los puestos en pleno auge, los encantadores de serpientes, los "dentistas" y sus dientes ambulantes, los bailes, chiringuitos....nos dejaron con un crío que nos tenía que llevar al riad DOUZI, había leido que era difícil llegar pero tanto, el crío guía no tenía ni idea donde estaba y estuvimos dando vueltas por el zoco durante una hora, salieron dos mayores que querían romperle la cara por ocupar su territorio pero lo impedimos y entre todos, con muchos momentos de tensión llegamos entre burros, maletas al riad, que nadie abría y por fin ´salió el dueño y nos enseñó el lugar de ensueño donde íbamos a dormir durante dos noches
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